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“Aunque una sea patriota, se preocupa porque tiene que cargar en el lomo a ese bojote de gente”, “ya va siendo hora de construir un Joropódromo, algo así como el Sambódromo de Río, pero criollo”.
Anoche, cerca de las tres de la madrugada, (única hora en la que está relativamente desocupada), la conocida avenida Bolívar de Caracas compartió con nosotros sus impresiones acerca de la campaña electoral que se avecina. Aunque se confiesa comprometida con el proceso revolucionario, sabe que entre el 1 de julio y el 4 de agosto se pondrá a prueba toda su resistencia.
“Mire mijo, en casi setenta años de vida yo he visto de todo”, “por aquí han pasado tantas generaciones de venezolanos que puedo decirle de verdaíta, que a estas alturas hay muy pocas cosas que me impresionan”. “Así y todo, cuando escuché que habían elecciones presidenciales el 7 de octubre, se me aflojaron las paticas”.
“¿Cómo no me voy a mortificar?, ¡si de un tiempo para acá, cada vez que hay elecciones, llega Hugito "yo lo llamo así por la confianza- y me atiborra de seguidores hasta los tequeteques!”, “Aunque una sea patriota, se preocupa porque tiene que cargar en el lomo a ese bojote de gente”. “¡Es que parece que hubiera una maquinita de hacer chavistas!, cuando ya no caben más, se monean hasta en los postes para poder ver”.
“Me cuentan algunas avenidas del este que en ellas también hacen concentraciones políticas, pero que nunca va tanta gente como para incomodarlas -y eso que son mucho más flaquitas que yo-”. “Con decirte que la Libertador (que es una avenida respetable), me dijo que ayer en la romería del candidato opositor, la gente le gritaba: ¡Capriles no te engoriles, tanta alaraca pa' dos carriles!”.
“No es falta de modestia, pero yo me he convertido en una especie de medidor electoral. Pa' llenarme a mí hay que ponerle corazón; si no que lo digan la Universidad, la Lecuna, la Fuerza Armadas y hasta la Francisco Fajardo, que a veces se ponen full de gente que no me cabe cuando hay un acto rojito”. “Habría que ver si la oposición puede llenar siquiera tres cuadras de mis ocho vías, más las aceras laterales y hasta las pasarelas”.
“A mí me huele que este año va a estar feo el gentío, uno lo siente en las costillas”, “yo creo que ya va siendo hora de construir un 'Joropódromo', algo así como el Sambódromo de Río, pero criollo. Un lugar donde la gente pueda concentrarse sin preocuparse por aplastar o ser aplastado”. “Yo ya no estoy pa' estos trotes”.
En ese momento, los primeros cornetazos anunciaron el despertar de la ciudad y la avenida se despidió de nosotros, no sin antes recordarnos que hay que ser un verdadero patriota para pararse frente a la estatua del padre Bolívar que la custodia y hablarle de libertad a un pueblo que eligió despertar definitivamente.
